Hablar de Gilles es hablar del prototipo de un verdadero piloto de Fórmula 1, valiente, arrojado, audaz, sin limites, sí… así era Gilles, un Dios que se quedó a las puertas del Olimpo, solo su osadía pudo detenerlo aquella terrible tarde en la calificación del Gran Premio de Bélgica de 1982 en la que fue llamado por el creador.
Gilles tenía una filosofía muy propia, siempre atacar, ir más rápido que la vuelta anterior y luchar, luchar y luchar... su estilo encajaba perfectamente en la filosofía de la Scuderia y por eso era tan amado por el “commendatore” Don Enzo Ferrari (que le perdonaba una que otra destrucción de auto) y obvio por millones de aficionados alrededor del mundo, basta recordar aquel legendario Gran Premio de España en el circuito de Jarama, el cual ganó con un auto inferior, conteniendo los embates de otros cuatro pilotos metidos en apenas un segundo entre ellos, o el bien llamado “agarrón del siglo” contra René Arnoux en el Gran premio de Francia disputado en el circuito de Dijon en 1979 ( muy recomendable buscarlo en YOU TUBE y deleitarse) o la última gran batalla contra su propio compañero de equipo en Ferrari Didier Pironi, en San Marino un Gran Premio antes de su trágica muerte.
¿Se imaginan a Gilles compitiendo en la actual Fórmula 1? No, no, jamás, sería triste y lastimoso… obligado a soltar el acelerador, teniendo que cuidar llantas y combustible, o teniendo que escuchar los lloriqueos de Jenson por el radio y ser penalizado por un espectacular rebase o duelo en pista, no, sería como tener enjaulado a un feroz tigre en pleno Serengueti
Sería interesante que las nuevas generaciones aprendieran lo que es un verdadero corredor, que renaciera este estilo que tal vez era un poco rudo, pero espectacular y devolviera a la Fórmula 1 su esencia, que es correr a fondo y pelear por cada palmo de pista, en fin.
En lo personal, siempre lo recordaré como el piloto más arrojado y valiente de la Fórmula 1 un verdadero corredor, alguien que iba por todo o nada.
Así era Gilles… el gran Gilles.
¡HASTA LA PROXIMA !
¡HASTA LA PROXIMA !
