Con tenacidad Alicia Reina y Dante Pelayo completaron una exigente segunda etapa con la Toyota Dakar 2018. La dupla debió sacar los mejor de sí, y eso incluyó auxiliar a sus compañeros de equipo.
Alicia Reina comenzó a vivir el verdadero espíritu Dakar en esta edición 2018. Luego de la pequeña muestra que fue la apertura de ayer, la piloto de Catriel tuvo que sacar lo mejor de sí en el primer gran desafío que deparó una exigencia técnica superlativa. Y eso incluyó también una parada solidaria para auxiliar a sus compañeros de equipo.
La etapa de hoy constó en sortear una buena cantidad de kilómetros por arena sobre dunas vertiginosas en las inmediaciones de Pisco. Pero también fue una exigencia que se completó con pasos por tierra firme, varias piedras que esquivar y los engañosos "ceniceros": cortes abruptos. Para sorpresa de muchos, tempranamente el Dakar 2018 mostró una cara poco amigable que se cobró varios abandonos y retrasó a varios.
Junto a su navegante Dante Pelayo, Reina piloteó la Toyota Dakar 2018 N°373 a la meta sin reportar mayores inconvenientes tras poco más de once horas de manejo.
El verdadero espíritu Dakar
Previo al arribo al Control de Paso 3, Reina y Pelayo debieron detener la marcha de su vehículo para auxiliar a la dupla que integran el ecuatoriano Sebastián Guayasimín y el argentino Mauro Lípez, quienes también compiten con asistencia del RC Competición. Ambos fueron protagonista de un fuerte un accidente en el que el navegante se llevó la peor parte y tuvo que ser trasladado en helicóptero a un hospital de Pisco. Este fue el principal motivo de su retraso.
-Pasión Rally-